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    La pasta: mil y una salsas

    La pasta es el icono número uno de la cocina casera italiana… pero no sería lo mismo sin sus innumerables salsas y condimentos.
    Salsa blanca o roja, con carne o pescado, los ragús y salsas para pasta saben conquistar todos los gustos gracias a su increíble variedad de ingredientes y combinaciones.

    Algunos son simples y rápidos de preparar, otros requieren más tiempo y técnica, pero hay algo que nunca cambia: una buen puñado de Grana Padano rallado es siempre el toque final perfecto para cualquier plato de pasta.
    Entre todas las opciones (y creednos, son muchísimas, quizá infinitas), hay algunos condimentos que han hecho historia dentro de la tradición culinaria italiana. La mayoría son grandes clásicos regionales que, con el tiempo, han conquistado toda Italia… y buena parte del mundo.

    Los grandes clásicos

    Empecemos por la base: esos condimentos universales que hacen que todos estén de acuerdo, desde el norte al sur.

    La pasta en blanco

    En Italia, la “pasta in bianco” es simplemente pasta con mantequilla y queso: origen de la famosa pasta Alfredo, tan querida en el extranjero pero poco habitual en Italia. Mantequilla derretida, pimienta y abundante Grana Padano crean una salsa cremosa donde se funden los spaghetti al dente. Sencilla, sin florituras, pero increíblemente deliciosa

    Salsa de tomate

    Quizás la salsa más usada y amada en toda Italia. En cada región, la temporada del tomate coincide con la preparación de la salsa: un ritual familiar lleno de tradición, risas y conversación. Cada casa tiene su versión: hay quien añade hojas de albahaca fresca, quien prefiere el toque de la cebolla, o quien opta por tomates cherry frescos en lugar del tomate triturado.

    Salsa cuatro quesos

    Una crema sin igual… pensada, naturalmente, para los amantes del queso. Grana Padano, gorgonzola, fontina y taleggio se funden con mantequilla y, por qué no, un poco de nata, creando una salsa aterciopelada, rica y envolvente. Cada bocado regala un equilibrio perfecto entre sabores intensos y delicados: ideal para una cena reconfortante.

    Ajo, aceite y guindilla

    Quizá no sea propiamente una “salsa”, pero es un clásico absoluto de la cocina italiana. Aceite de oliva virgen extra, ajo y guindilla que se doran ligeramente en la sartén y luego se fusionan con unos spaghetti al dente. Sencillo, rápido, irresistible: la pasta perfecta incluso para una cena rápida… ¡o de madrugada!

    Si estos son los condimentos que conquistaron toda la península, también es cierto que cada región guarda recetas únicas, verdaderos símbolos de identidad local.
    Hechas con ingredientes típicos y métodos tradicionales, estas son las pastas más emblemáticas de Italia, de Norte a Sur.

    Iconos regionales

    Cada una de ellas a través de sus colores, perfumes y sabores… cada una de las salsas de esta selección han pasado de ser una receta tradicional regional a auténticos símbolos de italianidad reconocidos e imitados en todo el mundo.

    Pesto alla genovese

    Estamos en Liguria, donde el norte de Italia conecta con el mar. De ese clima único, templado y ventoso, nace un icono de la cocina italiana. Albahaca fresca, piñones, aceite de oliva virgen extra y Grana Padano se trituran hasta obtener una salsa verde, intensa y perfumada. Mézclala en frío con la pasta y añade una ralladura final de Grana Padano: el sabor del verano, en cualquier estación

    Ragú a la boloñesa

    Viajamos a Bolonia, corazón de Emilia-Romaña, tierra del ragú. Carne picada de primera calidad cocida lentamente en una salsa de tomate con el clásico sofrito de cebolla, apio y zanahoria. Si el domingo tuviera un aroma, sería este: el de un ragú denso, envolvente y familiar.

    La gran tradición Romana

    Aquí los condimentos cuentan la historia de Roma: unos pocos ingredientes muy sencillos que dan vida a unas salsas…¡con mucho carácter!

    Carbonara: guanciale crujiente, pimienta y una emulsión de huevo, pecorino y Grana Padano. Simple en apariencia, pero requiere precisión: el resultado es una crema perfecta, sedosa e irresistible.

    Amatriciana: salsa de tomate, guanciale crujiente y un toque final de Grana Padano. Puro confort en un plato humeante.

    Gricia: considerada por muchos la “carbonara sin huevo”. Guanciale, pimienta y mucho queso: pecorino y Grana Padano que envuelven la pasta con cremosidad y sabor.

    Cacio e pepe: cremosa, sabrosa, con un punto picante… Queso y Grana Padano emulsionados con el agua de cocción, rematados con abundante pimienta negra. Un clásico absoluto.

    Puttanesca

    Nos vamos a Campania. Mientras se divisa el golfo de Nápoles, el aroma de esta salsa conquista: tomate, aceitunas negras de Gaeta, alcaparras, ajo y una pizca de guindilla. Nació como un plato improvisado y rápido, pero hoy es un emblema napolitano. Un plato con gran carácter…¡sobre todo si añadimos una capita de Grana Padano!

    La Norma

    En Sicilia, la tradición de la parmigiana de berenjenas inspiró también esta pasta, símbolo de Catania. Berenjenas fritas en cubos, ricotta salada rallada y una salsa de tomate intensa y fragante. Un plato que enamora al primer bocado, tan perfecto que lleva el nombre de la ópera Norma de Vincenzo Bellini, considerada una obra maestra… como esta receta.

    Por supuesto, esta lista es solo un pequeño adelanto: los modos de acompañar la pasta son prácticamente infinitos.
    Desde las cremas de verduras de temporada hasta las salsas marineras que huelen a Mediterráneo, pasando por esas recetas familiares que se transmiten de generación en generación.
    Pero, sea cual sea la salsa, el secreto siempre es el mismo: una generosa ralladura de Grana Padano DOP, el toque final que convierte cualquier plato de pasta en algo inolvidable.