Aquí los condimentos cuentan la historia de Roma: unos pocos ingredientes muy sencillos que dan vida a unas salsas…¡con mucho carácter!
Carbonara: guanciale crujiente, pimienta y una emulsión de huevo, pecorino y Grana Padano. Simple en apariencia, pero requiere precisión: el resultado es una crema perfecta, sedosa e irresistible.
Amatriciana: salsa de tomate, guanciale crujiente y un toque final de Grana Padano. Puro confort en un plato humeante.
Gricia: considerada por muchos la “carbonara sin huevo”. Guanciale, pimienta y mucho queso: pecorino y Grana Padano que envuelven la pasta con cremosidad y sabor.
Cacio e pepe: cremosa, sabrosa, con un punto picante… Queso y Grana Padano emulsionados con el agua de cocción, rematados con abundante pimienta negra. Un clásico absoluto.