Risotto: una idea italiana de cremosidad
Un primer plato que es mucho más de lo que parece: el risotto no es simplemente arroz cocido, es un abrazo cálido, fruto de momentos de paciecia y cariño, una poesía hecha de pocos ingredientes y mucho amor.
Es uno de esos platos que cuentan la Italia auténtica, la que sabe tomarse su tiempo, que conoce el valor de la espera y del cuidado. No es casualidad que el risotto sea un clásico de las comidas del domingo.
Prepararlo es un pequeño ritual: el arroz que cuece lentamente, el caldo que se añade con calma, el aroma que llena la cocina.
Porque el risotto con Grana Padano DOP, en Italia, es mucho más que un primer plato: es un símbolo de convivencia, de hogar y de tradición.
Orígenes del plato
Los orígenes del risotto se hunden en el corazón de la llanura padana, donde el arroz, la mantequilla y el Grana Padano forman parte del paisaje desde hace siglos. Fue aquí, entre los arrozales de Lombardía y Piamonte, donde nació el arte de cocinar el arroz “all’onda”: cremoso pero no líquido, compacto pero nunca seco.
El arroz llegó a Italia en la Edad Media gracias al comercio con Oriente, pero solo durante el Renacimiento encontró su forma más auténtica: el risotto.
En Milán, ya en el siglo XVI, se cuenta la leyenda del risotto a la milanesa, nacido casi por casualidad gracias a un pintor que, acostumbrado a usar azafrán para colorear el vidrio, decidió añadirlo al arroz durante un banquete nupcial: el éxito por color y sabor fue inmediato.
No sabemos cuánto hay de cierto en esta historia, pero sí sabemos que desde entonces el risotto se ha convertido en parte esencial de la tradición italiana. Como suele ocurrir, con mil variantes regionales: desde el risotto al vino tinto piamontés al risotto de mariscos veneto, hasta el risotto de espárragos emiliano o el risotto al nero di seppia triestino.
Cada zona lo interpreta a su manera, pero la filosofía es siempre la misma: ingredientes sencillos, técnica precisa y muchísimo amor.
Preparación: Un ritual de vida lenta
Un buen risotto nace de ingredientes de calidad y de gestos tranquilos, un proceso tradicional profundamente arraigado en los recetarios familiares, que os contamos paso a paso.
Después de descubrir todos los pasos necesarios para preparar un risotto perfecto, veamos ahora sus versiones más deliciosas. Entre ingredientes estacionales, combinaciones clásicas y contrastes sorprendentes, aquí tienes algunas ideas para sorprender a tus invitados con uno de los platos más auténticos de la tradición italiana.
Los más icónicos
Difícil elegir entre tantos, pero algunos risotti se han convertido en verdaderos símbolos de la cocina italiana:
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Risotto a la milanesa: con azafrán y osobuco, dorado, sabroso y lleno de carácter.
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Risotto con setas: perfumado y otoñal, un homenaje a los bosques y las montañas.
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Risotto de achicoria y vino tinto: refinado y ligeramente amargo, típico del Véneto.
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Risotto al nero di seppia: intenso, marino, un clásico del Adriático.
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Risotto de espárragos o de calabaza: símbolos de estacionalidad y sencillez campesina.







